Nocturno de fuego y de caballos
Un caballo que relincha es un alma en pena, y es también un
metal noble.
Eduardo Chicharro
qué clase de sombra piafa ahora por los callejones nocturnos
qué asordado tropel de amianto o de topacio
si hay crines azules clavadas a lo ancho de mi sangre
metálicos cascos por mis venas de azufre cabalgando
como si fuera yo también un hipódromo de cobre que no duerme
ya he dicho que galopan millones de equinos por mi sangre
que un triunvirato de furias se escapa azul por mis rodeos
que no tengo más audacias en mi lengua que un quebranto
durísimo quebranto que en su sed de tropa se apresura
arrasando a su paso con el frío mineral y la prudencia
a veces el destino de mis lágrimas asciende
al nivel del éter del mar del plenilunio
corrompe con su asfixia las ventanas
y unos párpados se cierran ya dolidos
al tiempo en que el metal se funde con un nombre
qué clase de sombra piafa ahora por los callejones nocturnos
una que ampara en su espuma sus relinchos
© Flavio Crescenzi
Cuántas imágenes.Fuertes imágenes.
ResponderEliminarbellas..."crines azules clavadas a lo ancho de mi sangre".
Siento el galope de caballos.
norma starke
Muy buen poema, fuerte y expresivo.
ResponderEliminarAbrazos
Marta Zabaleta
bellísimo!!! gracias por compartirlo, francisco
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