el ático
recién me mudo y en cada sitio
la ocupación despliega
plaza de armas
dos canastos de sujetar todo
cuanto caiga de los árboles
tres ventanas para alterar el ángulo
de claridad en las pupilas
un arcón la memoria partida en cajones
y anaqueles
calibres del día y de la noche
sobre palmas bajo plantas
una biblioteca a cuestas
cargada de frases y de nombres
sin domicilio fijo
como yo itinerante
su cátedra sinfín es sol jamás nublado
también hay calzado prendas
toallas o cuanto cuelgue y se despliegue
los planos de la cama surtidores
hay líquidos los gaseoso
lo abierto y lo cerrado intercambiables
ganchos perchas broches
de prender antojos
mi mesa que es el orden de las sillas
el futuro entre muros
por balconear fotografías
la lámpara manchones del feriado
germina tiempo en vituallas la heladera
hay dos calderos que resoplan
aire nuevo otros espacios
siempre puestos a secar como banderas
los pañuelos
también llaves un juez de cerradura
mi nueva hacienda entre rincones
me trae alzado y enamora
porque es un ático la casa obliga
a encielar cuanto nazca de mis surcos
© Carlos Enrique Cartolano
qué placer leerte Carlos!!
ResponderEliminarUn distinguido poema el tuyo.
Abrazos
Cuánto guarda y enciela, bellisima palabra, un ático...
ResponderEliminarQue el surco de tu poesía Carlos siga abriéndose y compartiéndose,
Un abrazo!
Montse Bertrán
Cuánta vida en este reencuentro con ese yo que revuelve y reescribe. Me encantó. Edda Sartori.
ResponderEliminarsí, cuánta vida revisitada, vida a cielo abierto,vida de poeta, me encantó tu poema!! un abrazo, María Chapp
ResponderEliminarEl ático de la casa y el ático del alma que guarda todo
ResponderEliminarMuy bueno. Un abrazo
Graciela Barbero