RETOMANDO
Haciendo alto en el camino y en éxtasis profundo, luz y
sombra proyectadas se reclinan sobre las
verdes hojas después de la llovizna; y las avecillas, alegres baten alas al despedir
la tarde con su trino.
Retorna el silencio a la quebrada, la carga de piedra
arrastrada desde Terrón Colorado la
pasada noche, ya no existe; débil brizna gimotea por los perdidos amores, y en
un acto súbito, abrense los bazos esperando recibirlos.
Bellos encuentros propician los sonidos y las aves, que de
norte a sur, viajan cargando la palabra reposada, seductora y tierna, hasta
envolver, poro por poro a la palpitante piel apasionada.
Esta dulce sensación no es vergüenza, menos aún, cuando
entre fauna y flora y en complicidad perfecta, se describe lo más íntimo del
hombre qué, extasiado, ante el arrobo crece; por ello, el follaje y el batir de alas entre luz y sombra
al llegar la lluvia, entre caricias y en
éxtasis profundo, duerme.
© Sonia Quevedo
gran vitalidad en este poema de luz y sombra...
ResponderEliminarElisa Dejistani