SÁLVAME
Te vi, donde iniciaba Capricornio
su devenir de fiebres tutelares.
Entre dos indulgencias te vi, breve
como el peso del cielo cuando escampa.
Te dije: son tus ojos dos países,
permíteme ocuparlos esta noche
que vengo del dolor, de la fatiga,
de la espera, te dije, más amarga.
Te dije: sálvame, que afuera el tiempo
adoctrina colmillos impacientes,
que el espanto desguaza las corolas
de toda la inocencia destronada.
Sálvame del amor que sobrevive
y del que ejerce besos de emergencia
con su elemento derrotado, sálvame
del que despeña endechas a mansalva.
Y me miraste, casi con dulzura
desde tu propio número terrestre
y tu idioma llegó, a través del humo,
para educar mi soledad descalza.
Dijiste: yo también tengo cadenas
practicando sus síntomas de cárcel
y una danza de luna opositora
en mis días de luz amordazada.
Dijiste: quédate en mis proscripciones
para aprender de sus relieves ásperos
los dogmas de la sed, y sálvame
que yo también, dijiste, te esperaba.
© Ariel Giacardi
UN POEMA COMO ESTE TE INDICA LA GRANDEZA DE LA POESIA, HERMOSO VOCABLO Y MUSICALIDAD EN SUS VERSOS. FELICIDADES.
ResponderEliminarEs un placer leerte Ariel Hermosa poesía!
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