ME ARRODILLO ANTE EL ROSTRO DEL AMOR
en el fondo del pozo,
justo en su vórtice
oliendo la oscuridad.
Lamiéndome como gacela perdida
que conoce el punto exacto del dolor.
No me he separado de mí misma,
estoy en el fondo del pozo,
conociendo las heridas de amor,
perfectamente adheridas al cuerpo.
© Aleyda Quevedo Rojas
Imágenes bien logradas en un poema pleno de melancolías.
ResponderEliminarSaludos.
Un poema cargado de dolor y soledad.
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