No es el hombre señor del viento para domeñar al viento.
Tampoco hay señorío sobre el día de la muerte,
ni hay evasión en la agonía, ni libra la maldad a sus
autores.
Eclesiastés 8,8.
I
Encapsulados
en nuestros cuerpos
venimos
como cohetes lanzados
desde otro lugar, otro tiempo y espacio
para plantar bandera,
conquistar la tierra
domeñarla,
apalabrarla
nombrar el mundo
y después retornar
(quién sabe adónde...).
¿Será a un cielo hecho de silencios
como el descanso merecido
de tanta verborragia?
¿Será un infierno de otros nombramientos
otro cuerpo, otra cápsula, otro enigma,
otra
pregunta?
¿Seremos haces de luz, aire, agua, copos de fuego?
II
¿Nuestro lenguaje será entonces
el color, el tono?
¿un crepitar de fríos y cálidos?
¿realidades inasibles
dando vida a otros cuerpos?
III
Silencio de viento.
© Teresa Gerez
ResponderEliminarBello poema, Mimí.
Un abrazo,
Alicia Márquez
" silencio de viento" tal vez sea el único que no podemos desentrañar. bello poema. susana zazzetti.
ResponderEliminarHermosos versos que sobrevuelan con su viento, su silencio de viento.
ResponderEliminarJORGEPABLOMORENO.
Volveremos a la tierra del misterio Muy buen poema Tere! Un abrazo de Milagros
ResponderEliminarlas idas y venidas de cada viento reflejados en un poema.
ResponderEliminarCariños
me llega tu voz como la voz de viento en vaivén, muy fino ejido verbal
ResponderEliminarWalter