Nunca nos recobramos de nuestro lugar de origen
William Goyen
No se vuelve
-delta azul que resguardó la infancia-
de un antiguo patio en sombras
de la dama de noche y su corola china
-ruta de la seda en ese mismo patio rojo-
del lila fragante en el aura del paraíso.
No regresa
la que contaba lunas en noches de ronda
y relatos a la luna biselada:
vertiginosa telaraña
increpaba al espejo un gran poeta nacional.
No se vuelve
de la lámpara quemada colgando del techo
que nadie cambiará
de la bisagra desaceitada y la respiración arrítmica
no del tejido esponjoso de aquella mujer,
sus puntos de misterio
escritura de lana
diario de decepciones.
© Marta Ortiz
hermoso, hermoso, hasta esa velada ternura-tristeza que envuelve de niñez cada palabra. susana zazzetti.
ResponderEliminarBello poema Marta con "sus puntos de misterio". Abrazos!
ResponderEliminarEncantador tu poema !
ResponderEliminarno se vuelve de un poema así.
ResponderEliminaruna se queda en él como enredada
en el tejido esponjoso de los puntos de misterio.
no se vuelve de un poema así.
y una se queda Marta
como colgando de una palabra
que nadie cambiará.
gracias, Susana, Cecilia, Milagros, porque disfrutaron el poema.
ResponderEliminarGracias Graciela Perosio, por tu sensible "quedarte enredada" en mi poema. Justamente, yo nunca volvì de allí. Un abrazo, enorme.
ResponderEliminarPoema que envuelve al lector con su velo nostálgico y con imágenes que todos, de alguna manera, guardamos en la memoria. Bellamente escrito, como siempre.-
ResponderEliminarPILAR ROMANO
"Escritura de lana" me llegó especialmente ese verso, quizá porque soy tejedora y sé de las conversaciones que mantienen las agujas. Gracias!
ResponderEliminarNo se vuelve. Y Marta está en su maestría poética.
ResponderEliminarbesos
Marta, creo vislumbrar en tu poesía el diario de una mujer abrumada por la rutina de "ser mujer" (o lo que la sociedad supone del rol de una mujer) Se respira la opresión, el deseo de hacer algo más que tejer escarpines. Gracias, hermosa poesía.
ResponderEliminarno se vuelve. gracias por poetizar esa experiencia de la escritura, martus. besote.
ResponderEliminarQuerida Marta: la magia y la visión de la infancia se graban en impresiones imborrables, y así lo decís, con imágenes de gran delicadeza(“delta azul que resguardó la infancia”) pero también con ese toque de verdad inocente que los niños no olvidan (“de la lámpara quemada colgando del techo”)También esa persona “misteriosa” que “contaba lunas en noche de rondas” hablará de otro recuerdo que resulta triste(“el tejido esponjoso de aquella mujer/(…)escritura de lana/diario de decepciones.”) en el que también habla la que recuerda con su visión adulta y actual, recordando la voz silenciada de las mujeres. Un hermosísimo poema, de hermosísimas imágenes. Con mucho cariño Irene Marks
ResponderEliminarGracias Pilar, siempre atenta a la poesía. Gracias Marina, tus tejidos no son un diario de decepciones, son una escritura luminosa. Gracias Susana, Ricardo, Catita, Irene, por devolver sus interpretaciones, por involucrarse. Con abrazos agradecidos, Marta Ortiz
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