No perturbe el aire esta calle sangrada de ocres
mientras espero tu mansa boca de geranios.
La ciudad entrega la
noche en medio de los párpados
y cuento las luces que brillan en el reino.
No te acompaña un sueño
solo un ritual de palabras ahora que la vida es un rio.
Esta noche comienza cuando alguien escucha mi voz
aunque un pájaro negro teja los escombros del ocaso
Ya nadie recuerda la mano que me dejó caer
como si el árbol acariciara las hojas del otoño hasta el
suelo,
soy, el desconocido que habla con sombras,
el que siempre espera.
© Daniel Arias
muy bueno
ResponderEliminarOh! qué bello. Imágenes inolvidables
ResponderEliminarAbrazo
Alicia Perrig
Un gran poema, que habla de la soledad, del misterio de la noche, de una voz que nadie escucha. Muy bueno. Un abrazo.Amalia M. Abaria
ResponderEliminarMuy buenas imágenes. Pintura interior
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ResponderEliminarBellísimo poema, Daniel.
Un abrazo,
Alicia Márquez
ESA INMENSIDAD SOÑADA PARECIESE QUE SE ESCONDE EN SOMBRAS... SIN EMBARGO QUÉ ESPERANZADORA SOLEDAD SE MANIFIESTA ABIERTA AL MISTERIO DE LO POR ACONTECeR ... Y DA MÁS ANSIEDAD AL MISTERIO DEL SUCEDER!...CUÁNTA RIQUEZA GUARDA ENTRE LINEAS EL POEMA HERMOSO QUE COMPARTES!...GRACIAS POR ESTAr!. lidiacc.
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