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22/6/14

Poema de Amalia Mercedes Abaria


EL MUSGO Y LA CALMA 

Solo, en la penumbra,
el sobreviviente del mar
tiende su planicie verde
sobre la larga pétrea
y descansa.

Cómodo en el muro
instala sus vegetaciones
de orden
y constancia
y como el antiguo reptil
que lo horadaba,
ama la húmeda
colonia de la sombra.

En espera silente,
busca en el cielo
al ángel de la lluvia
y su médula seca, entonces,
bebe el diminuto manantial
pasivamente.

Es bueno sentir
su presencia
compañía de la calma
y el silencio.

Pisadas ausentes
lastiman a veces,
ese pequeño gran mundo
esparcido

o un caballo roza
también la frágil, fina capa
de verde, verde musgo
¿Hay lágrimas?


Todos hemos pisado,
alguna vez
el tendido musgo,
nuestra calma.



© Amalia Mercedes Abaria

4 comentarios:

  1. jorgepablomoreno.23 de junio de 2014, 7:41

    Todos hemos pisado alguna vez nuestra propia calma... Bellísimo poema que transmite su belleza...y su calma.


    JORGE PABLO MORENO.

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  2. Hermoso, Amalia. Una reflexión tan profunda desde un hecho aparentemente tan "natural".
    Abrazo
    Alicia Perrig

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  3. Gracias GUSTAVO, amigos por sus comentarios
    Abrazo
    Amalia

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  4. MUY BUEN POEMA1... PARA RELEERLO Y SENTIR ESAS PISADAS TAN PROFUNDAS EN SU SUELO! GRACIAS POR COMPARTIRLO!...LIDIACC.

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