Al costado
Apenas si me ha sido dado el lado izquierdo de las cosas;
Para decir la verdad,
sólo distingo los costados izquierdos.
A menudo suelo encallar añorando gestos en contraluz.
Puertas, pisadas y alguna calle conocida.
Al quedarme solo frente a la herrumbre de los sueños,
También pierdo la voz.
Cuando la mirada no puede abandonar a su propia bruma
y más aún,
donde el otro cruza demasiado rápido
por el lado derecho de la angustia,
los brazos se caen y las manos se vuelven huérfanas.
Entonces, con todo eso a la espalda y sin poder hablar,
continúo recluyéndome en el margen
y vago, por el costado izquierdo de la vida.
© Miguel Oyarzábal
Tus poemas Miguel siempre me tocan y me dejan dolor, melancolía, ganas de acariciar al poema que por momentos cree perder la voz. Siempre tus poemas son una lluvia espesa que veo desde el otro lado del vidrio como si estuviese a salvo.
ResponderEliminarLily Chavez
ResponderEliminarMiguel: Amo todos tus poemas. Me conmueven, me hacen más humana, me salvan.
Un abrazo,
Alicia Márquez
MUY UENO,MIGUEL!
ResponderEliminarMARIA DEL MAR
Habrá que seguir en ese lado de la vida.
ResponderEliminarAbrazos
David Rosales
Un abordaje original y un poema muy bueno. PAOLANTONIO
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