¿De qué otra cosa hablar
si no de un periplo al lejano Oriente
o al faro del fin del mundo
en la charla de café?
¿De un día perdido en la turbulencia
de un largo millaje aéreo como si eso significara,
de verdad, una pérdida?
¿Hablar de la levedad?
¿Evocar el sutil equilibrio azul cyan de aquella mariposa
circundada de rubí
sobre el ojo maquillado
de una virgen de yeso?
¿Bastaría ese cromatismo sobre alas
en la vidriera de la santería
para recordarnos
que aún podemos conversar?
© Marta Ortiz
Muy bueno Marta, abrazo!!
ResponderEliminarBuenísimo!!! Abrazo grande
ResponderEliminarmuy buen abordaje de tema. ojalá bastara, marta y recuperáramos el diálogo que nos falta. un acierto tu poema. susana zazzetti.
ResponderEliminarY si Marta, el casi extinto arte de hablar de bueyes perdidos... parafraseando a Shakespeare "la vida es ruido y furia"... cada vez más ruido, cada vez más furia y menos calma y diálogo.
ResponderEliminarDe qué hablar pregunta la poeta, en un mundo de turbulencias y sin sentido.pero hay una respuesta, es el instante poético , la mariposa cyan suspendida en esa imagen de yeso. Muy bueno, Marta. Un abrazo.
ResponderEliminarAmalia M. Abaria