A papá
Me asomo
desde la hondura de mis ojos
sólo para ver cómo te vas
de a cuenta gotas
fuera de mí
siguiendo tu rumbo
lejos de la vida.
Me vuelvo brújula y espía
buscándote de a ratos
en mi infancia
o tus heridas.
Se dispara el silencio.
Puedo mirar esta partida tuya
con aviso y sin despedida
puedo pestañear
ondular el miedo
en estas lágrimas
de barro con ceniza.
Y entonces te miro
ya no estás, como antes.
Entonces descubro
en mi ventana
un sol verde
irreverente y eterno
que tu mano me pinta,
papá.
© Germana Martin
Sencillamente hermoso. Un poema que estremece en su final, con una ternura infina.
ResponderEliminarJORGE PABLO MORENO.
Totalmente conmivida Gremana, tal vez me toca muy de cerca, pero más allá de eso es un excelente poema
ResponderEliminarGermana, conmovedor y precioso poema, tu decir me encanta.... un beso Sonia Del Papa Ferraro
ResponderEliminarMuy bonito, emociona.
ResponderEliminarSaludos.
Laura Soledad Romero
Muy lindo, Ger,
ResponderEliminarbeso grande,
jm
Cuánta ternura en este poema.
ResponderEliminarMuy bueno
Un abrazo
Alicia Borgogno
Si, es conmovedor y desde luego el final le agrega maravilla.
ResponderEliminarWalter Mondragón
Encantador poema Germana, tanto como tu nombre.
ResponderEliminarLily Chavez
Encantador poema Germana, tanto como tu nombre.
ResponderEliminarLily Chavez
Adivino una tremenda nostalgia en el poema ,muy bello y sentido el final
ResponderEliminarmaria elena tolosa
Germana, notable y conmocionante pieza poética. Gracias por compartir este sentido homenaje.
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