Poema de Susana Giraudo

NOCHE

En verano casi no se puede dormir. 

De tan bajo el cielo 

la oscuridad arde y se toca con las manos. 

Ni lluvia para apagar el calor 

ni gotas cayendo por las ventanas abiertas 

                                   con lentitud de plumas. 

Solo la columna de gemidos 

que suelta al aire  

una  garganta de mujer 

                     ahogada en anónimo goce. 

Distinto es el placer de 

no abrir el otro lado de la cama 

para que en ella se acueste 

           un señor 

                               y su concierto. 

Momento de bajar hacia adentro 

y con dedos leves 

acomodar la memoria 

sus carreteras hacia atrás 

y los fantasmas 

                          perdiéndose 

                          en los márgenes.

© Susana Giraudo