EL RING DE ESE EMPEÑO CORROE FOTOGRAFÍAS
No será su nombre
a mansalva
lo que la empuje a la pleamar
En ella estará siempre el dictado de la piedra
Ya no dirá labios
no
dirá ojos
ni siquiera el borde de un como antes
Apenas la derrota de un dios niño
acurrucado en su tristeza
No intenta evadirse
su nombre no le “sabe a hierba”
a pena sí
y de la
mucha
Ella amaba los faros irrepetibles
y no había en el rugir de la tormenta
golpe ni lenguaje a medias
Pero hoy los pasos pesan y de barro
se ha vuelto cuanto toca
Se le
encharca la saliva
Escribe “te extraño”
y no es
cierto
quiere recordar cómo se extraña
Tiene a la muerte agazapada detrás de esos ojos
entre sus piernas tardías
la meseta
insuperable y el esperma
arrojado contra pared del tedio
−un portazo en la garganta
que no
se atreve a ser grito−
Ahora
esta asfixia
de espineles
puede más que sus cuerpos
Se estira la mudez
se estira el cansancio
entre
dos botellas a medio vaciar
como siempre
a deshora
Por eso sus manos se alargan
Alguien reza un verso anciano
y
revuelve los tachos de basura
pero las calles están vacías
Como una marioneta
busca hilos que cuelguen su mareo de una soga
Ya no quiere respirar
Llueve todavía
pero su
voz está sucia
Afuera la calle se calza los tacos
y sale a envejecer
© Marcela Predieri
-A fuera la calle se viste de tacos, y sale ha envejecer- Bello, bello poema, nostálgico, urbano, un grito de nostalgia que estremece. Buen final.
ResponderEliminarJORGE PABLO MORENO.
bellísimo, gran final. susana zazzetti.
ResponderEliminarMuy buen poema Marcela, pero eso no es de extrañar en vos. Felicitaciones
ResponderEliminarLily Chavez
No hay una metáfora que no haga bribar...y esos tacos...genial!
ResponderEliminarBesossssssss
una pintura con todos sus detalles. Triste y bello.
ResponderEliminarMe gusta este poema que se hamaca entre la expresión y la sugestión, entre lo instantáneo de sus imágenes y los prolongado de su desarrollo.
ResponderEliminarClaudio simiz