Todo Vive
Amamos en el silencio de las caricias
Cuando se brindan y salpican amaneceres,
tallando ternuras, cuando el amor es posible,
danzando implacable, construí afectos . Creí.
Fui la amada fiel ante tus palabras dóciles.
Encontré tus ojos en ese abrazo del deseo.
Creyendo en el conjuro que destrozó la noche.
En su vértigo, en el rito que venció la hojarasca.
Hasta hacernos estallar los sentidos, los destinos.
Todo nace en el sitio amado. Todo vive en
la orilla desbordada. en deseos del instante.
Estremecen las lágrimas en rostros sembradores.
Vibran y brillan las palabras como suma de azares
en las memorias del designio y todos sus caprichos.
La luz del tiempo abre sus
huellas. Ha cumplido.
© Lidia Cristina Carrizo
"todo nace en el sitio amado..." sin duda que es así; gracias Lidia, un placer leerte
ResponderEliminar- La luz del tiempo abre sus huellas, ha cumplido- El final define este bello poema. Hermosos versos que nos abandonan en la nostalgia. Felicidades.
ResponderEliminarJORGE PABLO MORENO.
Excelente cierre!
ResponderEliminarAbrazo
Elisabet
Hermoso poema, Lidia, y ese cierre espectacular con la luz del tiempo.
ResponderEliminarAplausos, bises y besos
Msaría Rosa León