Poema de Daniel Arias

Orfeo de Tracia lloró sobre la tierra su desolación

ríos, flores y montañas, animales sanguinarios

lloraron con el abrasados por el dolor

también el carcelero de tres cabezas derramó lágrimas

y el emperador de la noche,

vencido por la pena y la sed del infierno

abrió la frontera de la noche para Euridice.

Orfeo de Tracia desobedeció la ley de Hades

colgó cadenas y la perdió en las tinieblas.

Tu tiempo Orfeo y el mío se hunden

en los solitarios lagos donde mora el amor

recuerdo paisajes descoloridos

un álbum marrón de antiguas bodas

una ventana lluviosa

todos están abandonados en los sueños

estos sueños de cielos siempre negros

donde se escuchan los profundos cantos del tiempo.

Tenía entonces la edad del mar rodeado de eneros

y de mediodías, un amanecer tras otro

dibujando los vientos cardinales con las manos

ríos de arena invisible y una sonrisa iluminada por el cielo.

De donde salió la eternidad?

Como fue que aparecieron puertas y escaleras

El sol no estaba radiante?

Cuando apareció la luna, la isla y la herida en los corazones?

El tiempo dice cosas oscuras mientras amamos

Ahora miro el aire en el manantial de sus ojos

ahora que el viento aparta la nieve de las palabras

del cielo y de los brotes, adiós Orfeo, aquí me quedo

en la región de las lágrimas, en el mar de sus ojos profundos

me quedo en el abrazo de su nombre

me quedo en su noche.

© Daniel Arias