-quedéme y olvidéme- (1)
en los lirios del campo
reina de la noche
pequeña y redundante
rosa que atesora sus pezuñas
la joya adamascada
en el tálamo profundo de su boca
(un carnal alambique
en medio de su llama)
solve et coagula
la leve fragancia de su piel
(1)
San Juan de la Cruz. La noche oscura del alma.
© Ana Guillot
Un poema que encierra, imagines exquisitas, misterio esotérico y un
ResponderEliminarerotismo sutil flameando.
Bello poema Ana
Ignacio
Excelente, Ana. Gracias!
ResponderEliminarDavid Sorbille dijo...
ResponderEliminarSugestivo, bello en sì mismo, un poema magnìfico! Un abrazo