SABRÁ LA SOMBRA
Estoy de pie
del otro lado de la sombra,
donde la luna
arrasa las colinas de mi sangre.
Aunque no encuentre
la atadura de la ausencia,
y me derrame
en esta arcilla modelada,
siempre tendré
el atardecer de mi fogata
ardiendo en los inviernos
de mis ojos.
Cuando amanezca
el último mordisco de mi llama,
y aún de pie
estalle en llamaradas,
sabrá la sombra
que todo se repite,
como vuelve la sed
después de ser saciada.
© Víctor Hugo Tissera
VERTIGO FINAL
La estatura de la noche
es como una piel desierta
detenida en el sexo erecto
del poema.
Mujer, al fin,
descansa entre sus piernas
un bosque de estrellas
húmedo y palpitante.
En su vientre,
victorioso hasta el fin de los días
tiene un ardor
descolgado de luz
en la prominencia de sus pechos cósmicos.
Noche mágica, iluminada de sombras,
de ella me alimento, me construyo,
y me hago eco
de su voraz incendio.
En su boca enorme de universo,
Yo, rústico juguete, arlequín sin andamiaje,
me abandono consagrado a la locura
y me entrego al vértigo final
del pesado vacío de sus labios.
© Víctor Hugo Tissera
ME PARECE ESCUCHAR TU VOZ EN EL TELÉFONO LEYENDOME ALGUNOS POEMAS. LAS DOS COSAS QUEDAN, " ARLEQUIN SIN ANDAMIAJE!. SUSANA ZAZZETTI.
ResponderEliminarQuedan las palabras y el tiempo compartido. Ro
ResponderEliminarPOEMAS SOBRIOS Y EXISTENCIALES, QUE ME RECUERDAN MUCHO A UN POETA DE MI PAIS: ESPAÑA, LLAMADO ANTONIO COLINAS.
ResponderEliminarJORGE PABLO MORENO.
La poesía de Víctor se releen por buenas, al amigo lo recuerdo por la misma cualidad.
ResponderEliminarBetty Badaui
ResponderEliminarSu poesia nos acompañará siempre, su alegría y su compromiso con la vida, aún están latentes.
Anahí Duzevich Bezoz