POETA NATURAL
La mano, la mano enferma,
la mano enferma escribe.
Imposición ineludible de decir,
o de ocultarlo, que viene a ser lo mismo,
para inventar otra vez un espacio
en la línea de papeles,
de todo olvidar en el descenso.
Afuera el mundo tiembla,
y no puedo detener la mano mortal y maniática
que dibuja palabras, frases y finales,
como si se tratase de una extraña.
No es de mi cuerpo, para nada,
tampoco de mi alma,
generadora de almas.
© Ernesto Goldar
ESCUCHAR ACONTECE
El poeta no es en nada un escribiente,
quiero decir,
no usa de las palabras que hablan y se escriben,
y las palabras gastan.
Nombra el poeta, y el sentimiento escucha
que dentro de sí mismo se devela,
no es dueño de palabras,
y menos las dispone para poner la voluntad.
El poeta origina, vuelvo a decir,
obedece,
a la palabra oye,
la dice con la boca cerrada
y le devuelve la retenida dulzura de su corazón.
© Ernesto Goldar
QUÉ MARAVILLA DE POEMAS!! QUERIDO ERNESTITO: SIEMPRE PRESENTE!!!! ABRAZOS Y BESOS DESDE ACA, MARIA CHAPP
ResponderEliminarEscuchar acontece" lo dice TODO!!! Los dos poemas y esa fotografía que has puesto, Gustavo!, nos lo hacen sentir más aún que siempre con uno. Qué POETA, qué ser humano! Está en nuestras vidas, seguirá su palabra, su poesìa, màs allà de nosotros. Gracias por este homenaje, Gustavo, y reitero, como el que has hecho a todos. Cecilia Glanzmann
ResponderEliminarHermoso y tocante poema de un gran poeta y una gran persona
ResponderEliminarHermoso y tocante poema de un gran poeta y una gran persona
ResponderEliminarHermoso y tocante poema de un gran poeta y una gran persona
ResponderEliminarHola Gustavo: qué hermoso homenaje con dos poemas emblemáticos de Ernesto, conmovedores y directos y esa foto con las flores y su típica mirada alegre.
ResponderEliminarMe parece escucharlo en estos poemas.
Irene Marks
Ernesto, como pocos, ha sabido transmitir, con maestría, todos los sentimientos humanos a través de su poética.
ResponderEliminarUn poeta irreemplazable y amigo del alma.
Siempre, de una u otra forma, está entre nosotros.
Gra Bucci