La chiquilla leía sus cuentos de hadas,
el sapo se convertía en príncipe, nunca al revés.
Hormiga viajera persiguiendo una luna
sobre el río.
No importa cuál río, importa
la desolada contemplación de la naturaleza muerta
arrojada sobre la cama de hotel:
un mapa, una lata, una naranja, ese mirador
austero para un mundo listo para ser enmarcado,
y el vértigo como sensualidad.
(añoraré caricias pero aún no lo sé)
¿En nombre de qué culpa uso el escape
como símbolo?
¿En nombre de qué abandono?
© Paulina Vinderman
Paulina, un placer leerte :)
ResponderEliminarAbrazo
Tanta frescura, casi timidez en el interrogante, un gran gusto leerte
ResponderEliminarBetty
Muy buenas preguntas para el cierre. Me gustó tu poema Paulina
ResponderEliminarAbrazo
Alicia Borgogno
la síntesis de la poesía para decir una psicología y una vida con final abierto. Abrazo.
ResponderEliminarQuerida Paulina, "arrojada", casi diría yecta, con un algo existencialista en esta insistencia en el "abandona". No falta la lata, la naranja, lo que pronto será basura según tu retórica sólida. Sin embartgoi, salida de esos cuentos que te sedimentaron, queréw emplear otra lógica y preguntar. Un beso y el deleite de leerte. Isabel
ResponderEliminarUn poema fresco e inocente, arrojado sobre el milagro de la niña que aún no dejaste ir .
ResponderEliminarBien Paulina!
Susana Giraudo