Vino mi padre
a preguntar por los muertos
Vino mi padre
después de,
Vino lloviendo
Atrás de la helada
que pintó baldío
tanta cosecha
Vino mi padre
a que toque sus bordes con mis no manos
a recibir indulto y sazón de mi lengua
Vino mi padre
a mecerse entero
sobre mi defensa en ruinas
Hay un olor a moho
Y el atrás de sus pasos
me devuelve la memoria:
su siempre irse
© Alejandra Leonor Parra
Qué fuerte Alejandra!!
ResponderEliminarLos poetas bordan todo sentimiento!!
Cariños!!
me gustó y mucho, pero me deja incierto... como caminar a tientas casi ciego... el final... destroza!
ResponderEliminargracias por compartirlo, francisco
Me encantó Alejandra, realmente me encantó. Un abrazo
ResponderEliminarLily Chavez
Qué fuerte y qu é nostalgico el poema, bien, muy bien.
ResponderEliminarW.M
Está presente esa esperanza de que ya no se marche entodo el poema , gracias es muy triste y muy bello
ResponderEliminarmaria elena tolosa
Hola Alejandra: sí, a veces el que llega lo hace con la fuerza onírica de tu poema, que se torna táctil, sensorial, movimiento que lo vuelve real(" a mecerse entero") La totalidad de esa presencia está en ese "vino lloviendo", que me deshizo. La tristeza ese "su siempre irse", donde sintetizás muchas experiencias oníricas. Lo sentí mucho Irene Marks
ResponderEliminarLa poesía a veces cumple la función de reparar, de exorcizar el dolor, el duelo, las pérdidas.Es un canal por donde fluyen las tristezas, aunque paradójicamente sigan con nosotros.Un poema fuerte, intenso como un temblos para liberar energía.
ResponderEliminarUn abrazo
Juany Rojas
Siempre me llega y conmueve tu trabajo sobre tópicos con los que comulgo. Y tu voz, propia, reconocible, construyen el gran poema. Te abrazo. PAOLANTONIO
ResponderEliminarSiempre me llega y conmueve tu trabajo sobre tópicos con los que comulgo. Y tu voz, propia, reconocible, construyen el gran poema. Te abrazo. PAOLANTONIO
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