Texto de Paulina Juszko
Los
primeros días no te miro demasiado, como a esos tipos que nos gustan y no
queremos que se aviven. Apenas me percato si tus olas vienen derechas o al
sesgo. Atenta solamente a asegurar mi lona para que no se la lleve el viento y
a orientarla de modo que el sol me dé de lleno. Atenta al libro de turno.
Jugamos
a los desconocidos, pero poco a poco se impone la vieja costumbre. Ya no con el
mismo ardor. Antes me entregaba a tu abrazo apasionado apenas llegaba a la
playa y mi cuerpo joven gemía de placer; ahora me asustan tus embates, a veces
sólo te dejo lamerme los pies. Antes te lo gritaba; ahora sólo musito que te
quiero, loco.
© Paulina Juszko
Más de la autora en la primer parte del blog:
4 comentarios:
delicioso texto que comprime y te suelta de repente como no queriendo hacerlo... y te deja ahí, perplejo, en casi una agonía suplicando por más! me encantó!
gracias por compartirlo, francisco
Hola Paulina: un texto que juega con la personificación del mar,con la "oceanificación" de una persona, y a la vez que nos divierte, nos deja pensando, como lo hace el paso del tiempo, en los cambios que nos trae la vida y la forma que tenemos de sentirla, de actuar frente a los estímulos que nos presenta según pasan los años.Divertido y a la vez lùcido y profundo Irene Marks
Hay gracia, hay picardía , hay juego, a qué pedir más, es lindo el poema.
Walter Mondragón
Maravilloso relato.
Cuánta observación y sentir !!
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