Poema de Sonia Rabinovich
Ella tenía el talismán
y la palabra oficiaba los milagros en su canto.
Podían llamarla en madrugada
para pedir endechas de rodillas
Oh, tu la de la maleta de piel de pájaro
para ti el corcel que te libere
de esta cárcel de humo donde nada te encuentra
Oh pequeña mendiga
yo susurro a los vientos las palabras que salvan
duerme, quede vuelta en revés la carta del loco
maga de ti, te auspicio.
Madrugada.
Ella tenía el talismán
y no alcanzó a escuchar la última llamada.
© Sonia Rabinovich
Etiquetas: Sonia Rabinovich
3 comentarios:
bellísimo, bellísimo! me gustó mucho! gracias por compartirlo, francisco
Gran poesía, delicado homenaje a dos grandes poetas. Gracias.
La desesperada amistad entre las dos poetas. La mayor debía ocuparse de sus miedos y a través de sus ritos telefónicos tranquilizarla y hacerla dormir. Ëstupendo está el poema que muestra a dos personas que sufren BUENA LA PREGUNTA, ESA VEZ QUE NO OÍSTE LA LLAMADA, aquello no dependía de una amiga, era lo inevitable. Un abrazo Isabel Llorca Bosco
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