Poema de Paulina Vinderman
Es un árbol extraño y no conozco su nombre
(ni su fruto).
Tiene algunas espinas en su copa
y hojas de un verde casi azul.
Miro hacia el camino como reflejo
pero estoy sola, nadie a quien preguntar.
Puedo inventarle un canto: un pájaro lírico
posado en la neblina.
También puedo abrazarlo:
árbol anónimo de consuelo anónimo,
esta ternura hacia lo desconocido
parece ser hoy la única ternura para conmigo.
La inscribo en el Libro del Abandono
(esta ternura que es todo lo que tengo)
y vivo a través de su sueño de inmortalidad.
© Paulina Vinderman
Más de la autora en la primer parte del blog:
entrada de Gustavo Tisocco a las
10:55
10 comentarios:
EXCELENTE!!!!!
belleza, resolución, materia, tus poemas están vivos y caminan, un abrazo de
AnaMariaManno
Cuánta ternura, Paulina, qué sencilla manera de hacernos evidente lo oculto.
Claudio Simiz
Aquellas cosas ignoradas por el mundo consumista, son el objeto y la razón de la poesía
Rubén Amaya
que hermosura de imagen múltiple, como tejes alrededor de es leiv motif que es aquel árbol solitario y anónimo,es genial.
Gracias
Walter Mondragón
"esta ternura que es todo lo que tengo", y su poesía.
Abrazo
Alicia Perrig
Me encantó tu poema, tan tierno. Amasa la materia sutil, y con ella hace un canto a la poesía y a la condición humana. Un abrazo. Adriana Maggio
Ellos, los árboles erguidos en su monumentalidad esperan siempre ser abrazados ¡hermoso poema!
Bello lo de inventarle un canto al árbol.¿Y no es lo que hacemos los poetas?¿inventarle un canto a las cosas?También me impactó lo del Libro del Abandono.
El árbol se sostendrá perenne desde tu ternura. Hermoso. Saludos.
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