LA VIUDAD NEGRA
Mis amantes saben que para escribir
me hace falta su ausencia
Por eso se conjuran en aquelarre
solícitos
me dejan sola
por
piedad
y desde el rincón de las sombras
como un voyeur
me espían
Murmuran:
Marcela está creando
se muere
pero les gusta cómo escribo
y consienten
que acabe con la pena entre los muslos
sobre
la cama revuelta
Ellos necesitan que escupa metáforas con olor a vino
desean
mi lengua amoratada
Tal vez sea tiempo de invitar a la poesía a casa
reconocer mi necedad de araña
obstinada en bordar sólo suicidios sobre la tela
y clavarle los colmillos al recuerdo
después
de la cópula
© MARCELA PREDIERI
Más de la autora en la primer parte del blog:
gracias Gustavo! un abrazo
ResponderEliminarmuy bueno, excelente el poema y el humor. Mariana Vacs
ResponderEliminarIntenso, intenso poema, felicitaciones.
ResponderEliminarLily Chavez
Nadie quedaría indiferente ante este poema, Marcela.
ResponderEliminarClaudio Simiz
Estoy emocionado de sentir tan vivo este poema, que bien ¿Cómo lo haces?
ResponderEliminarTe felicito
W.M.
Qué intensidad!!!! un abrazo, María Chapp
ResponderEliminarUn poema con la fuerza que te caracteriza!!
ResponderEliminarBesossssssss
Me encantó. Tremendo y bueno. Un abrazo.
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