LA JIRAFITA
En el Museo de las Relaciones Rotas,
donde la gente dona toda clase de objetos
que pertenecieron a sus antiguas parejas
y que se exhiben en torno al concepto
de relaciones frustradas y sus ruinas, según explica
el anuncio, encontré aquella jirafita que te regalé.
La encontré con una pequeña nota, una tarjeta
doblada en dos atravesada por un cordón dorado
que le colgaba del cuello. En esas tres líneas
de despedida pude reconocer tu letra.
Lo que no pude –y
dudo de que pueda algún día–
es adivinar quién diablos es Javier.
© Máximo Ballester
Más del autor en la primer parte del blog:
Hay una herencia en vos, una herencia de vaya saber que voz de otro tiempo que te dicta cómo hacer para que la poesía tuya llegue a los demás como un susurro, un acto de ternura, un abridor de miradas, una sonrisa.
ResponderEliminarBesos amigo
Lily Chavez
Magistral poema Máximo, como toda tu obra. Felicitaciones y besos de Alicora.
ResponderEliminarYa es mucho que un poema te haga reír sorpresivamente, muy bien.
ResponderEliminarW.M.
hermoso y original! me encantó! gracias por compartirlo, francisco
ResponderEliminarAlgo de ironía hacen del poema un tramo interesante
ResponderEliminarmaria elena tolosa
Me sorprenden tus textos, esa ternura y un sutil sarcasmo que plasman siempre una bella poesía. Felicitaciones!
ResponderEliminarAlicia Corrado Mélin.
ResponderEliminarConocía el poema y me sigue encantando cuando lo vuelvo a leer.
Abrazo,
Alicia Márquez
Hermoso y sorprendente, porque siempre me sorprende esa partícula de humor-ironía que marca tus palabras.
ResponderEliminarcreo que tu poema es digno de Catulo o Marcial, un excelente epigrama que te sorprende con la risa al final. Mariana Vacs
ResponderEliminarEsta jirafita deja enigmas a su paso y es una muestra más de tu superdotado ingenio. Besos y abrazos de Catulo y Marcial.
ResponderEliminarJorge Luis Estrella