Almitas de papel I
A ella se le da por montar pájaros.
Desde muy chiquita sabe varios secretos de los cielos.
Vos la viste ciertas noches como yo , trepar furiosa en el
pájaro azul de la noche y bailar con una sonrisa dibujada que era como si todo
el mundo sonriera en el momento que ella lo hacía.Era una sonrisa de mundo
entero.
La cuestión es que montaba pájaros con una facilidad
absoluta, como si el pájaro fuera el barco y el cielo hubiera puesto todo el
oleaje de estrellas a su favor.
Hacía dibujos de lunas pasando el dedo por el lomo. Y como
si fuera un pizarrón mágico la luna se dibujaba gentil sobre ellos.
Decía que en este hemisferio la luna era verdadera, crecía o
decrecía según iba avisando su ánimo y se llenaba cuando ella estaba completa
de felicidad.
Hacía piruetas y jugaba a casi estrellarse contra el árbol
milenario de la muerte, solamente para sentirse renacer plena de vida desde las
raíces
Pero lo difícil de los dones es que a las tormentas se les
da por acomodarse justo ahí, haciéndose cómplices del silencio.
Con el tiempo supimos que cualquiera fuera su destino, las
cosas se le anudaban tanto que ella montaba pájaros para atravesar tempestades,
salvar el dragón de las garras de la princesa, sacar de cautiverio lo salvaje y
desenojar a los brujos.
Para ella nada era lo esperable, hasta que lo esperable de
pronto pasaba. Su dios era un Mozart que sostenía la tensión hasta el último
minuto.
Después de mucho andar, de hacer millonésimas de kilómetros,
ella llegaba hasta su faro.
Vos la viste llegar como yo, la viste caer rendida de
cansancio con los ojos todavía llenos de sorpresa.
Su lucha era una antigua batalla entre el crecer durmiendo
abrazada a los monstruos para perderles el miedo, y seguir amando con una
inocencia de ojos grandes, de acuarelas frescas y olor a pan en las manos.
Vos la viste como yo, luchar con la puerta y la grandeza de
lo que no se dió cuenta:
Ella monta pájaros porque todavía está desenredando sus
propias alas.
© Verónica Peñaloza
Magnífico texto. Me conmovió. Tiene un abordaje original de la trascendencia. Me encantó el remate. Un beso. Adriana Maggio
ResponderEliminarAy Vero! Cómo te quiero, corazona.
ResponderEliminar¡Qué bellísimo texto, por favor!
Un abrazo así de grande.
Alicia Márquez
Hermoso! y qué final!!!!!!
ResponderEliminarAbrazo
Alicia Borgogno
Vero tu poema tiene los ojos del cuento fantástico ¡Hermoso!
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