Hay entonces un país donde la rosa es inmortal
donde no se asiste cada día al asesinato de la belleza
donde abrimos los ojos sin un lamento
donde no hay que restallar el látigo para que los objetos
hagan su número
cotidiano esperando la ocasión
de saltarnos a la
garganta
donde las horas se funden entre los dientes
donde ya no se necesita la rastrera esperanza.
Ese país existe
SÍ
quiero creerlo.
© Paulina Juszko
Hermoso poema. Te escribí a tu correo y me rebotó el mensaje. ¿Lo cambiaste? Quería hacerte llegar los cariñosos saludos de Angie Puentes. Besos.
ResponderEliminarUnh poema que por momentos desgarra, pero muy bueno, un abrazo
ResponderEliminarSilvia Loustau
bellísimo, excelentemente trabajado el tema. me quedo con un final que llena de vida. susana zazzetti.
ResponderEliminary si no existe deberíamos crearlo
ResponderEliminar