6/11/13

Poema de María Elena Tolosa


Se marchó entre los médanos
           y el viento,
de a poco se entregó,
no fue su partida
el fatídico dia de enero
cuándo la fiebre quemó su sangre,

nunca se alejó del arenal,
en silencio iba muriéndo,
la arena quemaba sus ojos,       

pero estaba allí, con su mirada clara
        y el paso ágil
        entre las dunas que la abrazaban.
Mujer de arena,
       nunca mas habrá otra           
       que ame ese desierto
donde pudo esconder todos sus delirios.
        


© María Elena Tolosa



13 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

así, maría elena, como cada miércoles en que nos encontramos ( hoy, casualmente lo es) dejá liberar tu dolor. este poema conmovió al grupo y a mí, especialmente. unbeso. susana zazzetti.

6 de noviembre de 2013, 18:16  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Qué bello poema María Elena. Me has conmovido. Un abrazo fuerte.

Lily Chavez

8 de noviembre de 2013, 16:10  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Si todo ese dolor ha sido capaz de engendrar tanta belleza a veces pienso que ocurrió tan solo para regalarnos esta gran poeta que sos, amiga querida.
Toda mi admiración
Abrazo
Alicia Perrig

8 de noviembre de 2013, 18:59  
Blogger Adriana ha dicho...

Hermoso y doloroso texto. Todos somos hombres y mujeres de arena, pues estamos hechos de tiempo. Un abrazo. Adriana Maggio

9 de noviembre de 2013, 22:15  
Anonymous betty badaui ha dicho...

Cuando el sentimiento anuda no es fácil lograr este equilibrio entre la emoción y la palabra, muy logrado.
Abracito
Betty

9 de noviembre de 2013, 22:34  
Blogger Liliana ha dicho...

Entrañable, con un dolor que se lee.

10 de noviembre de 2013, 4:02  
Blogger sacanueces ha dicho...

me gusta tu texto, pero me deja una tristeza... en fin, muy buena voz, gracias, francisco

10 de noviembre de 2013, 19:18  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Poema de arena que comienza trágico pero concluye con amor a ese desierto. Me encantó.

Jorge Luis Estrella

11 de noviembre de 2013, 4:05  
Anonymous Anónimo ha dicho...

María Elena,
este es un poema doloroso pero amoroso a la vez , donde destacan dos amores, el amor al desierto y el amor a la mujer que amó el desierto.
Bello homenaje a la ausencia.
Un gran abrazo,
Juany Rojas

17 de noviembre de 2013, 16:54  
Blogger Isabel ha dicho...

Casi sin contar nada, has conseguido un tono trágico que estremece al lector. Un beso Isabel Llorca Bosco

19 de noviembre de 2013, 23:14  
Blogger Adriana ha dicho...

Bello poema, que reelabora el dolor artísticamente. Un abrazo. Adriana Maggio

25 de noviembre de 2013, 22:09  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Muy bello y conmovedor tu poema, Ma. Elena.
Se puede percibir el calor abrazador del desierto en tus versos.
Aplausos, bises y besos
María Rosa León

29 de noviembre de 2013, 2:29  
Blogger Ricardo Juan Benítez ha dicho...

En un principio pensé en Alfonsina, sólo que ella se fue en octubre (además entre olas no médanos) Luego caí en la cuenta que, talento poético mediante, estamos en el territorio de las metáforas donde no hay un destinatario puntual.

1 de diciembre de 2013, 13:21  

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