PENÉLOPE
Veinte años arrojando las redes
en campos de abrojos.
Entre los peces y el pan
va nuestro amor.
Un oleaje cansino
retorna las baladas,
los vestigios de guerras,
el timón de tu barca.
Mis blancas manos
deshilan esperanzas.
La aldaba del deseo
se herrumbra en el viento.
No cambiará de rumbo
nuestra Ítaca,
ni de bandera
la miel entre mis piernas.
© David Rosales Aragón
Hola David: Un poema donde la fidelidad se hace presente en imágenes logradísimas,especialmente en los cuatro versos finales, que resumen la belleza de este poema. El clima es verdaderamente griego,y el monólogo interior de Penélope nos seduce.Gracias por este gran poema Irene Marks
ResponderEliminarMe gustó. Un poema muy bien realizado, donde logras que la esencia no se pierda.
ResponderEliminarBesos.
Cynthia Rascovsky.
Transitamos los mismos rumbos hermano, en otros poemas se cruzan nuestras barcas.
ResponderEliminarEste es un poema logradísimo, de imágenes subjetivas muy finas
Gracias
Ignacio
Qué buen poema, lo felicito maestro.
ResponderEliminarWalter mondragón
Un poema con bellas imágenes configuran un clima de extraña belleza
ResponderEliminarmaria elena tolosa
¡Muy buena recreación David!
ResponderEliminarHas sabido dar un tono hermoso con un sabor remoto y una hermosa y original manera de mostrar a Penélope. Esa espera fiel es toda deseo. Muy bueno. Isabel Llorca Bosco
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