campos de orégano aires de orégano
risas que quedan en el viento
de orégano y de gracia
abiertos espacios a los cielos
que supo distanciar el hombre
sueños de orégano oréganos celestes
suaves olas de reparo y tregua
arranco tus frutos de oro
la delicada amapola de la vida
yo que no tengo casa
que hube de ser el huérfano del día
herida cuyo cuerpo ya no abarca
© Carlos Alberto Roldán
Una orfandad llena de colores y de soledad.
ResponderEliminarA esto es lo que yo llamo un poema vallejiano, estrecemido y tierno a la vez, gracias maestro, como siempre excelente trabajo de poeta.
ResponderEliminarWalter Mondragón
Carlos un gusto leer tu poesía.
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