Tiempo
No hubo tiempo para preguntas.
El tiempo corre rápido
como en declive
hacia la empuñadura del sol.
No hubo tiempo
fallaron los minutos
y el aire sonó aterrado
como un instrumento
ejecutado por error.
Las palabras
escasas
se escondieron
tras la desembocadura
de la lengua.
Quedó, extendido,
el sonido gutural
del grito
por tanta certeza inútil
y una luna roja
flotando, infinita
en el costado de mi sangre
© Beatriz Minichillo
y es tu poema una postal de lo que hemos vivido. vale siempre la palabra. un abrazo. susana zazzetti.
ResponderEliminarMe gustó mucho este texto lleno de misterio e imágenes altamente inspiradoras. Siguiendo la sensación que me produjo la primera lectura, diría que parece hablar de un disparo, real o emocional. Un abrazo. Adriana Maggio
ResponderEliminarEstupendo y original poema sobre un tema caro al poeta:la rapidez del tiempo. Un beso Isabel Llorca Bosco
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ResponderEliminarBeatriz, !el paso del tiempo!! flor de tema. Lo resolviste con muy buenos versos, te felicito. Envío
muchos bsssss.
Elena Cabrejas
22. de noviembre de 2013 17,15
Qué bello Beatriz!
ResponderEliminarMe encantó leer este poema..."hacia la empuñadura del sol...y ...en esa luna roja infinita..."
Un abrazo grande
María Montserrat Bertrán
Muchísimas gracias por la interpretación y el comentario a mi poema a Susana Zazzetti, Adriana Maggio, Isabel Llorca Bosco, Elena Cabrejas y María Montserrat Beltrán.
ResponderEliminarUn gran cariño a todos
Muchísimas gracias por la interpretación y el comentario a mi poema a Susana Zazzetti, Adriana Maggio, Isabel Llorca Bosco, Elena Cabrejas y María Montserrat Beltrán.
ResponderEliminarUn gran cariño a todos
Beatriz: el sonido gutural del grito, las palabras que no fueron pronunciadas y el tiempo que pasa indiferente al dolor incrustado en la sangre, me llegó mucho tu poema, tiene múltiples lecturas y todas hablan de las consecuencias del dolor no dicho en su momento...poema de una misteriosa belleza, abrazo, María Chapp
ResponderEliminarBeatriz,
ResponderEliminarconmovedoras imágenes en un texto que nos mantiene en vilo, colgados de ese misterio que es el tiempo, que huye arrastrando las palabras, frente a la impotencia de aquello que no fue y permanece como una música desafinada. Muy bueno, Beatriz, te felicito.
Cariños
Elisa Dejistani