Piedad
cristiana
Mis dos vecinos murieron. Elsa y Tito.
Murieron con una diferencia de días.
Se fueron como habían vivido. Sin hacer
escándalo.
Entonces, de repente, vinieron los
parientes,
esos que jamás los visitaron, ni los
cuidaron, ni los alimentaron, ni los acariciaron.
Y los escucho criticar las cosas que mis
dos vecinos
atesoraron.
Dicen a los gritos: pura mierda.
Y sacan bolsas de consorcio con pedazos de
vida,
de sueños, de recuerdos.
Sin respeto, sin delicadeza, sin cuidado, sin alma.
Y la gata también. Al pasillo. A maullar. A
morirse de hambre.
“Porque yo, en mi casa, gatos no”.
Y se escuchan ruidos de cacerolas y de
cubiertos,
como cuando ellos vivían,
como cuando ellos, en una etapa horrenda de
nuestra vida
nos convidaban con pollo, o con un
estofadito,
o con una bolsa de pan.
Y entonces pienso que uno debería morirse
y las cosas, con uno. Hacerse humo. Meterse
entre las paredes,
escondidas, o volverse aire. Intocables.
Como esas
motitas de polvo suspendidas en el reflejo
del sol.
La gata se quedó conmigo.
Se llama Kiki.
©
Alicia Márquez
un cuadro de costumbre despiadado. así pasa muchas veces, alicia, y esta tristeza que me produce la situación, la levanta el final del poema. gracias. susana zazzetti.
ResponderEliminarQue bello , cuánta fria realidad , espanta pero es así yo lo se , felicitaciones
ResponderEliminarmaria elena tolosa
Ali ya conocía el poema ¡Un placer leerlo nuevamente!
ResponderEliminarMe encantó el poema y me hizo acordar a uno de Susana Cabuchi que amo especialmente..."Mis ancianos vecinos / han muerto juntos. Ayer llevamos la mujer/ a su última casa / y hoy el esposo / ha cerrado / la venta de mimbres / Y ha dicho que no volveremos/ a escuchar su violín"
ResponderEliminarComo se acaba algo y despiertan otras cosas y esa realidad que es despiadada pero cierta.
Un placer leerte Alicia
Lily Chavez
Qué tristeza infinita, todo tu poema es un grito al abandono y a la falta de respeto hacia aquél que se fue. Pienso que la vida tiene entre otras cosas, estos momentos desgarrantes como es vaciar esa casa ahora sombría y "darle curso libre" a todo aquello que hasta ayer fue útil. Espero que el amor de Kiki compense en algo tanta amargura. Soberbia poesía Alicia. Beso
ResponderEliminarprecioso y triste poema... de cualquier manera ellos están bien y juntos...
ResponderEliminarTremenda realidad en un excelente poema, un mimo para Kitty!!! Abrazo, María Chapp
ResponderEliminarPuras verdades querida Alicia. Y no es que uno estè por las cosas, es que las cosas estàn con uno en pertenencia... Ojalà màs nadie las pudiera ver cuando partimos.
ResponderEliminarTe mando un caluroso abrazo.
Andrea
Bellísima y solidaria descripción de un acto frecuente e inhumanitario.
ResponderEliminarLamentablemente el ser humano cae en eso; tengo una historia cercana muy parecida, y de la que quedó un gato y un perro viejo. Estas historias son terribles, es como si la gente se volviera a morir, pero la segunda vez más contundente: de olvido.
ResponderEliminarMuy buen poema
Muy enternecedor tu poema, Ali.
ResponderEliminarAplausos, bises y besos
María Rosa León
Querida Alicia: Imposible no quedar emocionada por tu poema,es tan cierto lo que decís("Y sacan bolsas de consorcio con pedazos de vida")¡Ah,esas pequeñas cosas que son parte del alma de las personas!Estan triste cuando nadie queda para reverenciarlas como recuerdos de los que las amaron.Lo expresáis con tanta claridad ("Porque yo, en mi casa, gatos no"pinta de cuerpo entero a los miserables desalmados)Un beso Irene MARKS
ResponderEliminarLa vida está prevista al revés y somos unos pocos que aguantamos, este desaire, muy piel de gallina, besitos de Maria Luisa Márquez
ResponderEliminar¡Qué poema,Alicia! ¡Cómo me conmovió! No te imaginás la bronca que sentí... Y eso, moverte los sentimientos, es una de las funciones primordiales de la poesía...
ResponderEliminarEs un poema con una fuerza infrecuente. Y el final, como con sordina, remata esta la joya.
Felicitaciones, y un gran cariño.
Mariano Shifman
queé buen poema!
ResponderEliminara pesar de la gata que se quedó en la casa del poeta.
W.M
Como está KIki???? otro mimopara ella!!!! Besote, María Chapp
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ResponderEliminarConmovedor poema que apunta directamente al corazón. Gracias por compartirlo.
Cariños
Elisa Dejistani
Me encantó en lo terrible de todo y en la ternura del final. Besoss.
ResponderEliminarQuerida Alicia: no hace mucho, mirando un escaparate en San Telmo, pensé una poesía sobre la historia de los objetos que veía. No me atreví a escribirla por respeto a Discepolín. Ahora, después de leer tu poesía, tengo un sentimiento de tristeza ante nuestra finitud, ante el sinsentido de la vida, que solamente dos tremendos poetas como vos y Discepolo pueden transmitir. Gracias.
ResponderEliminarDavid Antonio Sorbille dijo...
ResponderEliminarQuerida Alicia: magistral poema! Un abrazo
divina, dulce y maravillosa, así es ella, la que se queda con la gata y hace escuela
ResponderEliminardivina, dulce y maravillosa , una poeta que hace escuela sólo imaginandose escenas
ResponderEliminarclelia