Poema de Rubén Amaya
Desde entonces
Fueron años cargados de milagros,
tu nombre brillaba en los amaneceres ardientes.
Yo te contaba de los dioses humanos,
que convocaban pueblos,
para revoluciones extrañas,
algunas, armadas con arroz,
otras, con sueños.
Por las tardes, dábamos largos paseos,
enmarcados en interminables cañaverales.
Y esperábamos la noche,
donde tu desnudez iluminaba
todas las habitaciones de la casa.
Yo me sumergía en tus largos cabellos,
como estelas de una lluvia de estrellas negras,
y transitaba por tu cuerpo, con mis manos,
que aprendían a entender la vida,
con el lenguaje de tu piel.
y entonces eras mi historia, mi paisaje,
eras el país, mi gente,
eras la imagen perfecta
del mundo que anhelaba.
Después de la tormenta,
nos reclamaba el sueño,
y tu respiración y la mía,
eran dos verdes praderas
donde comenzaba el infinito.
Cada mañana, el despertarme,
descubro a esa musical muchacha,
que comencé a amar en aquel tiempo.
© Rubén Amaya
7 comentarios:
un lirismo de pasado-presente de una exquisita ternura. qué bueno que esa muchacha reciba tu amor así. susana zazzetti.
!!Hola, que tal l!!'?, querido Rubén, este poema está bellamente escrito y refleja el amor con figuras altamente representativas. me despido con un beso. Elena Cabrejas
6 de setiembre de 2013 11 hs.
tiempos felices del amor, muy bien pintados. Abrazos.
La poesía sabe ser descubrimiento de lo vivido. Bello poema. Rubén.
Claudio Simiz
Cuánta belleza para expresar un sentimiento !!!
ese "desde entonces" deltítulo nos brinda un paisaje de tiempo transcurrido pleno de amor.
muy buen poema
saludos
Anahí Duzevich Bezoz
Rubén, temo profanar tanta belleza con alguna palabra tosca en este comentario prosaico. Felicitaciones.
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