Cómo
hacer para que ronde la verdad,
pregunta.
Mientras
miente,
construye
muros que separan las madrugadas,
abismos,
por
donde vuelve a caer como pájaro herido.
El,
Repitiendo
siempre las mismas disculpas,
con
un puñal entre las manos,
Ella,
en
una jaula,
rompiéndose
el amor
entre
los alambres.
© Sonia Del Papa Ferraro
Me encantó tu poema aunque el relato es muy triste. Abrazos, Sonia!
ResponderEliminarSólo las palabras nos permiten escapar de todas las jaulas.
ResponderEliminarAbrazos
David Rosales
Buenísimo, Sonia ... y tan real !!!
ResponderEliminarMuchas gracias y un abrazo
Lía Miersch
Tremendo, querida Sonia, y como dice Lía, lamentablemente actual, besos,María Chapp
ResponderEliminarMUY BUENO!!! C. CARBONE
ResponderEliminarDoloroso y bello.
ResponderEliminarMuy bueno Sonia las jaulas están de mas nunca debieran existir
ResponderEliminarmaria elena tolosa
Hermoso poema, una magnífica descripción de la impotencia ante la crueldad, válido también cuando en La Jaula está El
ResponderEliminarIgnacio
Uf, esos cuatro versos finales. Hermosísimo poema Sonia. Un abrazo
ResponderEliminarLily Chavez
Sonia, original y hermoso poema. Esos cuatro versos finales nos inquietan de belleza como si fueran una acotación escénica. de Lorca y la ilustración parece de Dalí. Él y ella como dos personajes de teatro y un pizca de exageración en ese puñal que no da muerte sino vida. Un tema triste tratado con colorido. Como en otros tiempos, me tienta señalarte las sabias repeticiones de sonidos. Por ejemplo,
ResponderEliminarMIENTRAS MIENTE
REPITIENDO SIEMPRE
ROMPIÉNDOSE
Y yo rompo a aplaudirte. Un beso. Isabel Llorca Bosco