Fabulado blanco
donde los lobos
y las hormigas aparecen.
Recurrente de espasmos
vigilias, flores decapitadas.
Desde la mirilla deslumbras
tu acontecimiento.
Cargamos en los hombros
el parto de aullido.
Se corta el aire
con el filo del aliento.
Blanco satélite
que deslindas
otra vez el juego
y me prohíbes que te nombre.
© María Luisa Márquez
Nada más terrible que la prohibición de nombrar. Por eso, la poesía.
ResponderEliminarAbrazo
Alicia Perrig
Cargamos en los hombros / el parto del aullido, eso me encantóoooo.
ResponderEliminarLily Chavez
Me gustó mucho este poema enigmático, que se me abre como una flor a interpretaciones diferentes. Me queda una sensación de nieve y de frío, una certidumbre de imposibilidad, que sin embargo me expande. Un abrazo. Adriana Maggio
ResponderEliminarEse final "corta" la respiración. Muy bello. Abrazos.
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