La fruta
La explosión incontenible
de las ganas y la fruta.
Su roce áspero tensó tus dedos
y el olor del durazno produjo la mordedura.
Seguramente la lengua se entibió de sabor
y fue entonces,
casi sin darte cuenta, que surgieron
las palabras.
Las cosas que dijiste fueron reales
como los ojos impávidos de los pájaros
al picotear la fruta.
No me sorprendió
desnudarnos como sueños.
© Estela Barrenechea
Precioso poema desde el comienzo hasta el final donde se desnudan "como sueños".
ResponderEliminarSensual, sensorial y bello tu poema, fruto de la desnudez...del amor,
ResponderEliminargracias por compartirlo Estela,
un abrazo!
María Montserrat Bertrán
la delicadeza de lo implícito. hermoso. susana zazzetti
ResponderEliminarCoincido con los comentarios anteriores, sensible y sugestivo poema, magníficamente ilustrado, me gusta.
ResponderEliminarClaudio Simiz
Querida Estela, un original y espléndido final para un principio en
ResponderEliminarque la tentación incluye todo lo sensorial, todo lo semtido. Como en los sueños, late nuestra verdad.
Un gran beso
Isabel Llorca Bosco