Esos ríos calientes de tinta diluviados sobre las cabezas del pueblo
son mi tristeza.
Esos brillos rojos en las pantallas que crucifican los ojos del pueblo
es mi casa extraviada,
esas injurias de fiesta en la boca de los pequeños verdugos
es mi sollozo en la oscuridad.
Señores del despojo,
cuando liberan sus bombas envejecidas
con esa rabia silenciosa sobre los niños del pueblo,
señores del destierro,
cuando destilan su óxido decadente en la cara de las madres del pueblo,
graban mi cuerpo con sombras.
Vuelvan a su naufragio y lleven lejos su pequeño dictador en polvo
y sus babas decrépitas detrás del mar, detrás del viento,
detrás de mi desprecio.
Regresen por donde vinieron con sus mastines endiablados,
sus cadenas, sus tiempos derribados, sus amargos anillos,
sus incendios de azufre.
Dejen solo al pueblo, déjenme solo a mi con los huesos solos
de mis padres y los sueños rotos de mi hermano,
dejen el futuro de nuestros niños sobre los libros del pueblo
dejen la piedra y el acero sobre la fábrica obrera
dejen la palabra robada en su lugar y que se azule lejos de su mirada negra,
la palabra limpia, la palabra del canto, la palabra del poema y del pan,
de la estrella y del hermano, también de la lágrima sola,
esa que emerge como una planta en la vigilia tenue, desmesurada,
como un arco iris.
© Daniel Arias
Cuánto dice tu poema, Daniel. Cuánta sincera compasión y cuánto sufrimiento compartido con todo nuestro pueblo. Esperemos que un día amanezca glorioso sobre nuestra tierra,sobre toda ella, sin más muertes ni persecuciones y que un canto de paz se eleve hacia el infinito.
ResponderEliminarCelina
Hermoso poema para leer y volver atrás para quedar atrapada otra ves
ResponderEliminarmaria elena tolosa
Daniel, muy bueno tu poema
ResponderEliminarse de lo que hablás, aun así dentro de la dureza hay esperanzas, gracias :)
Hermoso poema Daniel, fuerte, triste y vigoroso.una historia cruel, despiadada, una historia familiar desgarrada y un anhelo de justicia, de libertad, un pedido de piedad para todos. Muy bueno tu poema,Daniel! Un abrazo.Amalia M.Abaria
ResponderEliminarLa palabra, que nos salva!!!
ResponderEliminarAbrazo
Alicia Perrig
Durísimo pero muy necesario. Bravo Daniel.
ResponderEliminarAl menos Daniel roguemos que nos quede la esperanza para seguir resguardando la utopía
ResponderEliminarCuánta fuerza, cuánto grito, cuánta verdad en cada verso!Me encantó, Daniel,felicitaciones.
ResponderEliminarAlicia Corrado Mélin
Hola Daniel: Un poema que es el lúcido murmullo del inconsciente delos pueblos, en catarata ancestral,con su sed de justicia, su denuncia. La parte que más me tocó,me dolió , me golpeó es "Dejen sólo al pueblo,déjenme solo a mí con los huesos solos de mis padres y los sueños rotos de mi hermano" porque resume el sentido del poema.Y ese final donde brilla "como un arco iris " la "lágrima sola" de la lucidez.¡Excelente y profundo, una cascada de imágenes que nos conmueven con su voz transformadora! Irene Marks
ResponderEliminarTu tristeza es también nuestra, sólo que lo has expresado con toda tu carga interior. Coincido con los comentarios de esperanza, sin tenerla, sería nuestro último bloqueo.
ResponderEliminarLily Chavez
¡Qué la palabra nunca deje de sembrar arco iris!
ResponderEliminarUn abrazo
¡¡¡Bellísima conjjunción de la palabra del poema y del pan, Daniel!!!
ResponderEliminarAplausos, bises y un gran abrazo
María Rosa León
Daniel, hermosísimo poema en el que la indignación se convierte en canto, sin dejar de ser klo anterior y donde dejas a salvo ·la palabra que
ResponderEliminarsana"Un beso Isabel Llorca Bosco
"los señores del despojo" no leerán este poema pero vale que compartamos sentimientos de indignación y pena y vale que tengamos esperanzas.
ResponderEliminarBetty
Prerecioso poemna Daniel, profundo y sentido, lleno de fuerza, de la fuerza que trae el dolor, y el final, una delicia.... Gracias!!! Sonia Del Papa Ferraro
ResponderEliminarGracias a todos, es la primera vez que leo los comentarios y no se como responder y agradecer debidamente ya que me parece poco lo que pueda decir. Muchas gracias nuevamente y son demasiado generosos. Besos.
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