Idéntico, distinto
es el cuerpo
de un día para otro.
El disfraz
de la calle
dialoga
desviste los naipes
hasta ofrece
rayuela de adoquín
pero sin cielo
prometido.
Rehén de inventos
vive la piel menguada.
Quiere volverse ebrio
hasta dejar
desnuda su costumbre.
© María Luisa Márquez
Y dejar el disfraz, muy buen poema.
ResponderEliminarAbrazos
Elisabet
y si, maría, este cuerpo que va cambiando, disfraz de cada día. una exquisitez tu modo de hacernos sentir la transformación. susana zazzetti.
ResponderEliminarRealmente me gusta pensar que el cuerpo es distinto de un día para otro, que algo muta para bien o para mal pero muta. Un abrazo, lindo poema María Luisa
ResponderEliminarLily Chavez
En este poema tocas con elegancia una realidad incuestionable, tiene además pasajes como "hasta ofrece rayuelas de adoquÍn, pero sin cielo prometido.
ResponderEliminarExcelente poema María Luisa.
Ignacio
Me gusta esta certera metamorfosis poética! Felicitaciones!
ResponderEliminarAlicia Corrado Mélin
Hermoso, tu texto, con un lenguaje que convierte en puro placer la lectura. Disfruté mucho. Un beso grande. Adriana Maggio
ResponderEliminarComo mirarse al espejo, día a día.
ResponderEliminarY discernir todo.
Muy buen logrado.
Abrazo
El disfraz cambiante de cada día,
ResponderEliminarmuta como muta la vida.
María Cristina Fervier