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16/7/13

Poema de María Julia Druille


Los humeantes
                        a Aizemberg 

arden fantasmales
cabezas de maniquí
con auriculares
dejan su aliento extraño
de pesadilla
                           sombras del día
como paseantes de día feriado
                           enigmáticos
no entienden la ciudad 

que transitan
                           obras del hombre
lo alejan de sí
torres moles de cemento
huérfanas de tierra fecunda
pasillos meandrosos escaleras
sin sentido
y un humo mortecino
que tiñe el aire
y es sístole y diástole
único signo de vida
soplo templado
entre tanto gris
 

  ©   María Julia Druille 

7 comentarios:

  1. Maria Julia,cuántas veces no entendemos lo que nos rodea y solo el latido de nuestro ser nos dice que vivimos

    maria elena tolosa

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  2. Muy buena radiografía de la incomunicación que nos acecha a diario

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  3. Beatriz Minichillo18 de julio de 2013, 18:45

    Muy buena radiografía de la incomunicación que nos acecha a diario

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  4. ..."huérfanas de tierra fecunda..."

    ¡qué buen poema María Julia!, transparentando el clima artificial del cemento, cuánto aprisona!
    Creo que las ciudades se salvan y embellecen por sus árboles y fuentes...

    Abrazo poético amiga
    María Montserrat Bertrán










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  5. ..."huérfanas de tierra fecunda..."

    ¡qué buen poema María Julia!, transparentando el clima artificial del cemento, cuánto aprisona!
    Creo que las ciudades se salvan y embellecen por sus árboles y fuentes...

    Abrazo poético amiga
    María Montserrat Bertrán










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  6. Un poema que sin ser surreal, habla de nuestra monstruosidad pesadillezca.
    W.M

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  7. Es increíble como nos cuesta comprender - la no comunicación - a los que con tanta fluidez lo hacemos nosotros. Nos enfada ademas.
    Poema muy bien logrado.
    Un abrazo

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