A ti poeta
de los fines sin
medios
de la rima sin prisa
más sin pausa
camarada del acento
compañero de la causa
escribiente de la
tesis inconclusa
de la reforma agraria
de la lucha en el
centro de la estancia
del sentimiento oculto
de la métrica
en la sinusoide de las
tres fronteras
al borde de la costa
de la canoa del arte
en equilibrio
el pueblo oye
en su capullo de seda
Tu voz en las sierras
no se pierde
ni en el patio terroso
ni en el camino rojo
ni en la maraña del
monte inexpugnable
tu palabra palpita,
compañero
pues bien sabes
que la mixtura entró
de contrabando
entre tu frente y tu
espalda
aunque en el vórtice
negro de la historia
tu queja tiene forma
de calvario
siguen durmiendo en tu
maleta
las mismas grises
postales
un cementerio de
árboles
el campo sin su
extensión
la araucaria sin su
mata
una huella de pinos
gigantescos
al norte en dirección
mas la esperanza avivó
tu ancho esqueleto
lo presientes
porque en las chacras
tus vértebras se buscan
tanta ajena herida
hecha mestiza
tanto desengaño
en poemario de barro
sudoroso
van tus manos
rescatando tus versos
de los charcos
en la misión austera
del lenguaje
en el preciso minuto
cuando la siesta
reposa en los yuyales
Tu rostro nuestro
rostro
misionero
nuestro más sentido
arraigo
cantan contigo las
noches embrujadas
los brazos del obraje
cosechas de
injusticias te reclaman
y en tus pupilas
una divinidad en fuga
la espesura de la
selva impenetrable
acaso de las ruinas se
alzan ruinas
a mostrarte su torso
más prosaico
tanto ocaso sin sol en
tus mejillas
sin embargo aquí te
tienes
parafraseando
al son de la guarania
la jesuítica mística
improbable
el desborde del río
el abismo del diablo
en su garganta
este podio sin poder,
esta lembranza
de memoria popular
Déjame decirte
que tu rodar te
enaltece
tu caída te redime,
camarada
y aunque la identidad
intenten corromporte
te arrebaten la
historia,
rematen el despojo de
tu alma
tu esencia es de poeta
y continúadesde la fosa de angustia te levantas
con artesanía de
sueños y diademas
de índigena semblanza
como un águila
aborigen sobre el monte
tu voz hecha tinta
sobre el pueblo
se despeña como una
catarata
y en cada gota un
verso
y en cada verso, tu
raza
© Aníbal Silvero
Muy bueno Anibal. Tu poesía no se perderá nunca.
ResponderEliminarAbrazo largo y extensivo a los poetas de la tierra colorada.
Quué grande!
ResponderEliminarMe maravilla la portentosa palabra del poeta que canta por intermedio de la voz de otro poeta al que exalta, sin hacerse su eco. Qué grande elogio, gracias poeta, hay cierta líneas que solo pueden ser comparadas con las de Vallejo.
Mis respetos poeta.
Walter Mondragón