Desoídos
Los violines desoídos
extraviaron su rumbo
sibilino tras la lluvia
y tocaron la punta
caliente de una estrella.
¡Ah!, si los hubieran visto
como yo los he visto
hacer crecer la música
cuando sus notas húmedas
galopaban felices
sobre el lomo de la niebla.
© María Eugenia Caseiro
Musicalmente Bello buhito
ResponderEliminardesde Graciela abrazo
Las notas galopando sobre el lomo de la niebla... ¡Qué maravilla de imágenes, Mariú!
ResponderEliminarAplausos, bises y besos
María Rosa León
belleza pura!
ResponderEliminarmuchas gracias^ amigos y amigas mías^^^
ResponderEliminarm.e.
Un deleite tu poema!!
ResponderEliminarGracias por tu sentir con música.
Cariños!
Mravilloso poema sobre unos instrumentos maravillosos. Entre el "rumbo sibilino" y "las notas húmedas" has realizado una breve obra maestra, MARIÚ.Un fuerte abrazo Isabel Llorca Bosco
ResponderEliminarMaría, tu poesía tiene una musicalidad que se lleva muy bien con el tema de la misma.
ResponderEliminar¡Cómo me hubiera gustado verlos!...
ResponderEliminarUn deleite tu poema.
Maria Cristina Fervier
nuevamente agradezco a todos sus palabras^^^
ResponderEliminarbuhamente^^^
m.e.
Una maravilla!!! Besote, María Chapp
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