4/6/13

Poema de Graciela Wencelblat


Cuando despierta
utiliza lo que queda
de ella.
Piensa
que tiene que sacar
las reminiscencias
de la carne,
de los roperos
el olor de los sueños.
Buscar su corazón
vagabundo,
y darse otra vez
su nombre. 

Para reconocerse.
 

© Graciela Wencelblat

21 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Es cierto cuántas veces nos sentimos desorientados al despertar y nos cuesta adoptar otra vez nuestrapropia identidad

maria elena tolosa

4 de junio de 2013, 18:58  
Anonymous Anónimo ha dicho...

lo profundo y bello en lo breve. susana zazzetti.

4 de junio de 2013, 20:08  
Anonymous MILAGROS RODRÍGUEZ ha dicho...

Algo asi como reinventarse Graciela Besos !

6 de junio de 2013, 13:21  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Me gusta tanto tu poesía, que sólo me detengo a disfrutarla. Un abrazo amiga

Lily Chavez

7 de junio de 2013, 11:33  
Blogger David ha dicho...

Que todos los días despierte y despierte en tus palabras.

Abrazos

David Rosales

7 de junio de 2013, 18:46  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Despertar cada día como volver a nacer es un milagro bellamente cantado en tu voz, Graciela.
Aplausos, bises y besos
María Rosa León

8 de junio de 2013, 1:02  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Cada día, al despertar, es un re-encontrarse y re-conocerse.Es un hermoso milagro.
Abrazos
Maria Cristina FErvier

8 de junio de 2013, 16:05  
Blogger ALICIA CORA ha dicho...

HERMOSO POEMA, DOLOROSO Y SANGRANTE. TE ENTIENDO GRACIELA Y CADA DÍA ES PEOR. BESOS Y ABRAZOS DE ALICORA.

8 de junio de 2013, 20:26  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Un contundente poema en el que la identidad atraviesa cada palabra.
felicitaciones.
Gra Bucci

8 de junio de 2013, 21:24  
Blogger Rosa Lía Cuello ha dicho...

Re-inventarse después del dolor y empezar cada día...muy lindo, abrazos
Rosa Lía

8 de junio de 2013, 22:04  
Blogger Isabel ha dicho...

Graciela, hermoso y conmovedor poema sobre la
pérdida y la recuperación posible. Poema sobre la identidad. El corazón puede ser de ela o de él,. Y puede ser un matrimonio roto, el el que ella lleva el apellido de él. Será posible esa recuperación?
Un beso y te felicito. Isabel Llorca Bosco

9 de junio de 2013, 1:41  
Blogger Adriana ha dicho...

Excelente texto, Graciela. Tiene el ritmo de los primeros movimientos del día, con los que intentamos reinsertarnos nuevamente en la vida consciente. Me gusta mucho eso de hacerse cargo de la propia realidad para recuperar la conciencia de sí. Es un bello y profundo poema. Un abrazo. Adriana Maggio

9 de junio de 2013, 9:41  
Anonymous Anónimo ha dicho...

"Despierta...y busca su corazón vagabundo..."
Bello este entregarte en el poema Graciela,

Beso grandote
María Montserrat Bertrán

9 de junio de 2013, 12:13  
Anonymous Anónimo ha dicho...

"Despertar...buscar su corazón vagabundo..."
Gracias Graciela por tu entregarte en el poema,

Beso Grandote
María Montserrat Bertrán

9 de junio de 2013, 12:16  
Anonymous Anónimo ha dicho...

¡Qué maravilloso!
Abrazo
Alicia Perrig

11 de junio de 2013, 13:46  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Querida Grace,
qué buen poema, pleno de sugerencias y al mismo tiempo muy reflexivo, un salirse del centro del "yo" para ingresar al "nosotros" y observarse y recrearse. Te felicito.
Cariños

Elisa Dejistani

12 de junio de 2013, 0:55  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Me hechiza ese vivir naciendo, ese morir viviendo, a veces creo que amo tu muerte y tu angustia.
Walter Mondragòn

15 de junio de 2013, 13:11  
Blogger Nerina Thomas ha dicho...

Nacemos cada día, cada despertar. Todos los días se comienza. celebro poder hacerlo.
besos

15 de junio de 2013, 23:55  
Anonymous Anónimo ha dicho...

sabes condensar lo bello^ gra^^^
buhamente^^^
m.e.

22 de junio de 2013, 10:04  
Anonymous Anónimo ha dicho...

¿Un hombre podría haber escrito un poema así? Lo dudo. Exquisito y profundo texto que me encantó. Gracias, querida Gra.

Jorge Luis Estrella

22 de junio de 2013, 14:37  
Blogger graciela barbero ha dicho...

El despertar a veces produce ese desconcierto que se acomoda con el transcurso de las horas.
Bello. Un abrazo
Graciela Barbero

23 de junio de 2013, 19:29  

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