en el peor de los casos
anoche suspendieron
las funciones
hubo bronca en el
conventillo
la sangre circuló por
las venas del deseo
acunó la pasión que
dormía distraída
pero al siguiente día
el teatro funcionó
normalmente
y la escena más
preciada
se instaló entre
nosotros
y se quedó para
siempre
encarcelada en temblor
es decir
en el peor de los
casos
la mejor de las
representaciones
ahora reparto pedazos
de mí misma
para ser en vos
y escribo:
un naranjo en flor
está en mi vientre
y son pocos los
frutos que me nutren
© Graciela Licciardi
Desasosiegos de olvidos y vertiginosos reencuentros que salvan la función de la vida.
ResponderEliminarY al escribir, uno se derrama y distribuye partes de si.
Bello poema Graciela
Ignacio
Teatral y tanguero, un poema que me dio gusto leer. Está buenísimo, querida Graciela.
ResponderEliminarJorge Luis Estrella
La vida es una función. Día a día.
ResponderEliminarUn cariño
En el teatro de la vida, cada día es una función, a veces una comedia otros, una tragedia. Siempre se levanta el telón hasta que la parca diga ¡No hay más función!
ResponderEliminarMaria Cristina Fervier
Qué poema Grace!
ResponderEliminarCuánto de existencial en él. Desgarro, ironía, aceptación...
genial!
Mi abrazo,
Gra Bucci