Una vez fui
Una vez fui
la legendaria
que buscaba el grito,
la indolente
caminando descalza
por un bosque de pinos,
la que apresaba el viento
y lo dejaba huir
como a un pájaro asustado.
Tuve los bríos
de una noche acechante
y las manos rugosas
del tiempo
que no pude atrapar.
Me convertí en ángel
o tal vez demonio
y me lancé a recorrer
espacios inconexos
y le di de comer
a una paloma aterida
que se voló para siempre.
Supe rezar
implorando
no sé cuales deseos
y navegué aguas turbias
para salir inmaculada.
Fui aquella
que me miraba
desde una inmensidad
ajena
con los ojos bien abiertos
y barrilete sin cordel
en la luz indecisa
de la lámpara
que nunca se apaga.
Jugué a reir
contra la monotonía
de los demás,
canté
sin emitir una sola nota
y lloré sin lágrimas.
Y ahora estoy aquí
en esta hora, este momento
y no tengo raíces,
ni pies ni manos,
ningún sostén.
Solo lo que me rodea
como un río transparente
y en el centro yo,
hoja a la deriva,
semilla que algún día
germinará en otra tierra.
©
Beatriz Minichillo
Excelente poema Beatriz, bellísimo
ResponderEliminaratrapante
Aplaudo
Ignacio
Ángel o demonio, la belleza del poema inunda el corazón de pensamientos.
ResponderEliminarCon cariño
Graciela Licciardi
- Mas allá de todo - maravilloso sentir!! felicitaciones.
ResponderEliminarBeatriz, me encantó el ritmo y las metáforas exactas, redondas. Bravo.
ResponderEliminarEn este tiempo, y en este momento, más allá de todo. Ángel o demonio. Semilla que germina en impecable metáforas.
ResponderEliminarMaria Cristina Fervier
tu poema es como un canto desde ese lugar que es y no es, que pide a gritos, no echa raices,espera..
ResponderEliminarpatricia corrales
David Antonio Sorbille dijo...
ResponderEliminarMe encantò tu poema, Beatriz! Un abrazo
Estupendo poema. Un verdadero canto a sí misma convertido en mensaje poético a la humanidad. Y expresado con una belleza magestuosa. Gracias.
ResponderEliminarJorge Luis Estrella
Agradezco a todos quienes comentaron mi poema y les envío mi cariño
ResponderEliminarUn poema que nos plantea una forma de autoexilio, me remite a ese peregrinaje del "yo" al "nosotros" avizorado por Künkel en el sentimiento nosístico, y abordado en un plano de la evolución personal.
ResponderEliminarUn modo de repensarse, de reinventarse para renacer "en otra tierra". Felicitaciones.
Cariños.
Elisa Dejistani