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26/5/13

Prosa de Sonia Quevedo



LARGUETO 

Se desliza la tarde por las pieles quietas, surge la tristeza entre canto y canto, y frente a la nostalgia, se arropa la niebla con su traje blanco.
Vuelan los recuerdos guiando a la risa hasta un foso oscuro, y amanece en grises, la verdad mecida por la puja en alto.
Se escucha el largueto, un silbo lejano y lastimero el canto se convierte en llanto. Se aquieta la tarde.
 

© Sonia Quevedo

2 comentarios:

  1. MILAGROS RODRÍGUEZ28 de mayo de 2013, 14:27

    Se afina el poema, tanto como una aguja que finalmente lastima Muy bien logrado Sonia ¡Me gustó!

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  2. Tiempo de tristeza. Angustia.Un silbido lejano.
    Muy bueno!!
    Un cariño!!

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