Aracne
Aracne, la de diestros dedos
trenza tres cuerdas
-hebras-
de un arpa inescrutable
-negra-
como el pelo que enhebra.
La cabeza
inclinada a su sombra
añade a la otra sombra
en la xilografía,
presagios de telarañas
sobre matas de liliáceas.
Pero el silencio cruje
súbito elide la magia
olvida el sobresalto
de trenzas segregadas
sacude
la profusa mata entretejida.
Ahora ella trenza
-arriesga-
sueños
partituras
poemas.
© Marta Ortiz
HERMOSO poema, leyenda, ilustración. GRacias, Marta. Un beso Isabel Llorca Bosco
ResponderEliminarProfundo, único, vivo!!
ResponderEliminarcariños!!
Hola Marta: un poema de mucho misterio, con la ternura de lo terrible, el patetismo del horror, la inocencia primigenia de quien no sabe que su abrazo es mortal. Esas cabelleras y trenzas musicales,ese jardín, me recordaron el brillo de las telarañas al sol, sus destellos de arco iris.El final muestra hasta que punto quien usa la palabra se adentra en terrenos desconocidos como Aracne, dispuesta a cazar palabras. ¡Excelente!Irene Marks
ResponderEliminarHermoso Marta...este trenzar sueños y poemas...!
ResponderEliminarTe mando un abrazo en el misterio bello de la poesía,
María Montserrat Bertrán
En el entramado de la vida estamos, a la espera de más hilos de poesía.
ResponderEliminarAbrazos
David Rosales
¡Ah, Marta! poesía con sabios entramados, deleitable.
ResponderEliminarDel misterio del horror al misterio de la poesía.
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