Y sucede que mira
por encima del asombro.
Son acaso formas
objetos
vulgaridades:
lejanía de muebles
que ocupan
un espacio despejado
en su propia mirada.
Y sucede que es un tiempo
de señales.
Ella ni siquiera presiente
el salto materno.
El útero dividido.
El éxodo de un verano
que aflige en el vacío.
Y de otro
nombrado por la siembra.
Así el afuera. Desvelado y definitivo.
Así la casa
graba
sus tribulaciones
y huérfana de sanguíneas mitades
pulsa su indolencia.
© Lidia Vinciguerra
Poema bello y que cala en la hondura del ser, desde la de la poeta.
ResponderEliminarLa imágenes destellan sentimientos y significaciones. Sí, Lidia. "SUCEDE..." que "mira por encima del asombro", que "ocupan... un espacio despejado / en su propia mirada", que es "tiempo de señales" y del experimentar muy fuerte "el útero dividido"... y... "la casa que graba... y que pulsa..." Gracias por regalarnos este POEMA, Lidia... y Gustavo al elegirlo. Cecilia Glanzmann
CREO se fue todo el comentario. Va otro abrazo, Lidia. Y Gustavo. Cecilia Glanzmann
ResponderEliminarYa la idea de mirar sobre el asombro me compró y seguí leyendo con atención este poema que nos brinda la necesidad de más de una lectura, de una apreciación, de un destella. Un abrazo Lidia
ResponderEliminarLily Chavez
La casa, ese mundo que nos acompaña desde la infancia y que cobra vida propia con nuestras vivencias. Hermoso poema, Lidia
ResponderEliminarMirar por encima del asombro encierra la magnificencia de este poema escrito desde las entrañas, me encanto!!!
ResponderEliminarPatricia Corrales
Hermoso poema Lidi
ResponderEliminarque es todo un destello
te quiere
desde Graciela abrazo
Gran poema. Un placer leerte.
ResponderEliminarCariños.