Clavada
en la esquina del viento
la
sombra evanescente de la cazadora.
Su
rostro es un grito.
Llena
de ardor conduce los matices
del
tiempo
el
dolor del mundo bajo su piel
el
desafío de crecer.
Que
la vida no huya
que
los días de amor se multipliquen
no
se pierdan en la noche.
Que
sus anzuelos traigan cantos luminosos.
© Graciela Wencelblat
"Clavada en la esquina del viento" es un estupendo comienzo. Se me ha quedado clavado. Un beso, Graciela.
ResponderEliminarIsabel Llorca Bosco
"Qué la vida no huya"
ResponderEliminary qué imagen!
Un abrazo.
Tere Vaccaro.
Es tener una verdadera mirada de esperanza puesta a prueba sobre el duro gancho del anzuelo,
ResponderEliminardesde Michou
Un poema convertido en suplica a la vida que se marcha con lentitud y con prisa
ResponderEliminarmaria elena tolosa
Un poema convertido en suplica a la vida que se marcha con lentitud y con prisa
ResponderEliminarmaria elena tolosa
Estar-permanecer, Gra un placer leer este poema.
ResponderEliminarabrazos
Elisabet
Ese primer verso es hermoso, y la imagen con la que acompaña Gus el poema fue muy potente, una gran conjunción. Un abrazo desde
ResponderEliminarLily Chavez
Que hermosa súplica de amor a la vida en ese final conmovedor, tan impactante como los primeros versos
ResponderEliminarMagnífico poema Graciela
Ignacio
Sencillamente bello.
ResponderEliminar...esa plegaria final, qué belleza!! gracias! Fabiana León.. y que los anzuelos de la vida traigan siempre cantos luminosos...
ResponderEliminarQue la vida no huya.... Bello como siempre.Un placer Graciela
ResponderEliminar!QUE LOS TRAIGANNNNNNNNNNN!!
ResponderEliminarBESOSSSSSSS
Imágenes que quedan. Muy bello
ResponderEliminarAbrazo
Alicia Perrig
Graciela-amiga gracias por tu comentario sobre mi texto "religioso" que Gus editó en este blog. Pocos fueron los que lo entendieron como vos y si te llegó enhorabuena te quiere Michou
ResponderEliminarQue la vida y el amor permanezcan y en cada plegaria nos encontremos, un abrazo, María Chapp
ResponderEliminarMuy bello Graciela!!!
ResponderEliminarSaludos.
Alcia Corrado Mélin