y cada
día ahora
prefiero
la merienda
a las
cinco de la tarde.
el
impulso de mis manos en las agujas
tejiendo
bajo el laurel.
deambular
por la casa con ese libro
que me
gusta y tanto.
y un vaso
de agua
que nunca
más refleje
el rostro
azulado de los muertos
que se
ahogan en un río.
© Susana
Zazzetti
Buenísimo Susana. Esa rutina va tomando vuelo en un clima sin zozobra. Que maravilla unir ese vaso de agua con el constante pensamiento de los muertos, que tal vez sean más que los vivos. Una imagen final estupenda. Besitos. Isabel Llorca Bosco
ResponderEliminarHola Susana:
ResponderEliminarAl misterio de los últimos versos se contraponen las dulces costumbres detalladas inicialmente que obran como protección contra lo terrible que se cierne como amenaza ambigua sobre el yo lírico. Esa “merienda” y esas agujas que se mueven a la sombra del laurel son ceremonias donde se intenta recuperar la paz luego de una terrible experiencia. Un grandísimo poema Irene Marks
Hola Susana. Tu poema me lleva a pensar en el apego a la rutina por temor a lo desconocido. Quizàs sea sòlo mi punto de vista; pero me gustò.
ResponderEliminarGracias Mil
Andrea
A quienes intuimos lo guardado en esos versos del final,a quienes algo sabemos, tenemos la sensación de que también duelen las espinas cuando son desprendidas del corazón.Pero es bueno retirlas del lugar más lindo del alma. Un poemazo Susi, un poemazo.
ResponderEliminarLily Chavez
HAS UTILIZADO EN TU POEMA UN FINAL FUERTE DOLOROS TREMENDO ME IMPACTÓ VERDADERAMENTE
ResponderEliminarEs un poema que trasmite paz a pesar de su terrible final
ResponderEliminarSusana:
ResponderEliminarLa poesía sublima las más simples de las rutinas cotidianas. Y eso es lo que logra la fuerza de tu voz poética.
Aplausos, bises y besos
María Rosa León
Susana:
ResponderEliminarLa poesía sublima las más simples de las rutinas cotidianas. Y eso es lo que logra la fuerza de tu voz poética.
Aplausos, bises y besos
María Rosa León
Susana:
ResponderEliminarLa poesía sublima las más simples de las rutinas cotidianas. Y eso es lo que logra la fuerza de tu voz poética.
Aplausos, bises y besos
María Rosa León
Buen planteamiento; es preferible la paz cotidiana y simple, antes que quebrarse irremisiblemente en el río de la vida. Besos, Susana. Lina
ResponderEliminarMuy emotivo tu poema ,se cuáto te habrán costado esas palabras que arrancaste de tu interior con sangre y lágrimas
ResponderEliminarabrazo
maria elena tolosa
Muy emotivo tu poema ,se cuáto te habrán costado esas palabras que arrancaste de tu interior con sangre y lágrimas
ResponderEliminarabrazo
maria elena tolosa
Tan poquitas palabras y seduce; dan ganar de estar ahi tejiendo, vivenciando...
ResponderEliminarUn abracito, Susana
Betty Badaui
Un poema potente, pues sugiere el valor que el tiempo da a las rutinas "nutricias", sí , es el tiempo, la serenidad que otorgan los años y tb. lo que el tiempo desgarra, lo que nos duele o nos tortura, las pérdidas, los duelos...
ResponderEliminarMe encantan estos poemas cortitos que dicen mucho.
Te quiero mucho
Juany Rojas
Permanecer en un presente, rodeado de cotidianidad, posar las manos sobre un tejido o sobre las agujas del reloj...Ahora. A partir de este momento, parece decir ese yo,el agua reflejarà sòlo el instante que vive.
ResponderEliminarEl final es tremendo: "el rostro azulado de los muertos/ que se ahogan en un rio". En lo personal, estos dos ùltimos versos me han dejado en estado de temblor.
Me encantò tu poema, Susana! Gracias por compartirlo.
Cariños
Hilda Dìaz
Muy bueno, me encantò este poema!
ResponderEliminarUNA ETAPA DE VIDA REALZA EL POEMA TE MANDA UN BESO MARIA LUISA MARQUEZ
ResponderEliminartu poema me cala, me da la impresión del todo y la nada en una casi resignación inevitable
ResponderEliminarbello y trágico
gracias
un beso
francisco
Lo cotidiano como seguridad y rutina, para exorcizar lo inquietante. De cualquier manera, lo inquietante siempre está subyaciendo, convirtiendo el diario vivir en puro envoltorio de profundidades. Muy bueno. Un abrazo. Adriana Maggio
ResponderEliminarSusana,un poema que rescata el valor de lo cotidiano, inseparable del recuerdo de lo perdido. No se puede olvidar, pero la elaboración poética, cristaliza el recuerdo en un homenaje.
ResponderEliminarTe deseo paz
Ignacio
Susana, hay duelos que llevan mucho, mucho tiempo, pero finalmente, es posible soltar el dolor lacerante y construir un recuerdo que no lastime.. las dulces rutinas ayudan, consuelan, nutren con el amor de la vida que fluye, un abrazo, María Chapp
ResponderEliminarQue buen final !! Lo bello de las cosas simples !!
ResponderEliminarQuerida Susana,
ResponderEliminarun poema que nos ofrece la sabiduría de los contrastes, en ese juego de opuestos que propone el arte de vivir, y una mirada que puede leer en el agua. Muy bueno.
Cariños
Elisa Dejistani
Siempre es tan bello leerte Susana!Hermoso poema q en la brevedad refelja el estadío de vida y ausencias. Felicitaciones poeta!
ResponderEliminarAlicia Corrado Mélin